domingo, 3 de noviembre de 2013

Review in Executioner Zine

De la mano de la imparable Negra Nit, uno de los mejores y más serios y constantes sellos dedicados al Black Metal que tenemos actualmente en el estado, nos llega el retorno de dos bandas que llevaban un tiempo en silencio (especialmente Marthyrium) bajo la forma de un vinilo de siete pulgadas que debo calificar como una de las ediciones en formato EP más cuidadas que he tenido el placer de tener entre mis manos en los últimos tiempos (y que como siempre he podido disfrutar en toda su esencia gracias a la amable gente de Negra Nit). Para los más despistados, Marthyrium proceden de Ferrol y desde el 2006 habían editado una demo en formato cinta (reeditada a continuación por Antichristian Front en formato CD) y un 7″EP, este último del 2008, tras el cual perdieron a su primera bajista, la cual parecen haber sustituido por el señor Balc (Balmog, Banished From Inferno y ex-Scent Of Death. En la otra cara están los barceloneses Ered, banda ya curtida del underground catalán que en el 2010 nos ofreció uno de los mejores discos de Black/Death Metal editados en la península ibérica, a razón del cual les tuvimos en nuestras páginas. Ocupan la cara A los galegos con “Deathkult Devotion”, descargando una avalancha de demoníaco y salvaje Black/Death Metal que demuestra claramente la evolución que han tomado en estos cinco años de ausencia. Suenan más viscerales y brutales, más intensos y, sobretodo, más experimentados a la hora de componer. En los casi siete minutos que dura el tema no hay lugar para le debilidad ni para ningún tipo de arreglos de relleno, únicamente una violencia sónica muy bien llevada aún sin romperse excesivamente los cuernos en materia de recursos, y para la cual han contado por cierto con la participación de Scumearth (conocido no sólo por sus trabajos si no también por sus aportaciones a los discos de Machetazo) metiendo algo de ruido en varias partes del tema. Los riffs son los que llevan la batuta, y lo hacen de forma diabólica, conjugando la atmósfera bélica y despiadada de los primeros Antaeus (banda que siempre me pareció una influencia ineludible en sus composiciones) con el registro satánico y absolutamente siniestro de la segunda hornada Black Metal (destacando Mayhem y los primeros Marduk a mi modo de verlo). Sección rítmica compacta e inexorable, con un trabajo impresionante de Canibal tras los parches (especialmente en los medios tiempos) y con unas cuerdas que suenan totalmente en plan motosierra, y un apartado vocal más poderoso que nunca, acercándose frecuentemente a los graves aunque de una manera muy directa y odiosa, sin perder su sentimiento en pro de una técnica más refinada. En todos los sentidos, un señor temazo, que me hace preguntarme si voy a tener que volver a esperar cinco años para tener noticias suyas, esperando que no sea así. Giramos el trozo de plástico y arranca “Wings Of Plague (The Black Spreading)” con un riff realmente brutal e intenso, que casi que se acerca al estilo de sus compañeros de edición o al Black/Death de corte más unilateral, aunque no tarda nada en llegar el cambio hacia terrenos más habituales de los barceloneses. Eso sí, esperándome el tipo de sonido que tenían en “Goatworshipping Metal”, más orientado hacia la escuela Black/Death más añeja y clásica (llegando a hacer pensar en Bathory, Nifelheim o Damnation, aún sin separarse de sus influencias originales) y con unas composiciones menos melódicas (incluso con un toque macarra bien marcado), me cogió por sorpresa el paso atrás que han dado (en materia cronológica, no de calidad) hacia terrenos más cercanos a sus primeras ediciones, o para el caso “The Somberlain” de Dissection y el segundo de Necrophobic, en lo concerniente a las guitarras. Atmósferas más diabólicas y gélidas, apoyando sus progresiones sobre esas melodías de fabricación sueca, y una velocidad muy bien llevada, con un fuerte apoyo desde la percusión, de la cual en esta ocasión se encarga el señor Sergio Cano (Lux Divina, Dawn ov Hate), el cual insufla de fuerza e intensidad esas composiciones más atmosféricas, las cuales van intercalando en algún momento con el mismo riff que usan al principio del tema, y con dicha estructura obtienen un tema que conjuga perfectamente la brutalidad del Death Metal clásico con la melodía del primerizo Black/Death. Cierran el tema bajando el tempo para dirigirse hacia lo que vendría a ser la marcha fúnebre si la hubiese inventado Jon Nodveidt. Aún así, debo reconocer que me había hecho al sonido de su último disco, con más garra y negrura, y ahora este tema no me engancha tanto, pero se mantiene al nivel de calidad al que nos tienen acostumbrados Ered. Volviendo al tema de la presentación, el vinilo viene presentado en un gatefold, el cual se ha encargado de diseñar y maquetar el señor César Valladares, y no puedo más que darle la enhorabuena por el espléndido trabajo que ha hecho, una vez más. Cada cara de la carpeta presenta una especie de escudo de armas alrededor del logo de las bandas, repleto de detalles de corte blasfemo y ocultista, y cada una de las caras interiores está decorada con un símbolo basado en la cruz invertida. Además, se incluye un libreto de ocho páginas que incluye dos ilustraciones más (las cuales hacen pensar un poco en el estilo de Timo Ketola, aunque manteniendo la personalidad de César, la cual está cada vez más presente), las letras de los dos temas así como una foto de cada banda a cuyo pie encontramos toda la información técnica referente a su aportación. Vamos, una edición de lujo para un EP. Recomendadísimo compartido sea por el motivo que sea. [7.75] Jeroni Sancho