martes, 22 de marzo de 2011

'Goatworshipping Metal' review (only in Spanish) 6

Executioner zine (http://executionerzine.com)

No exagero si digo que esperaba con muchísimas ganas el nuevo álbum de los barceloneses Ered. Desde que me mandaron su primer disco en el 2005, y aún más escuchando su MCD “Incarnated Horror” del 2008, pensé que eran uno de esos casos de banda absolutamente infravalorada, primero por haber aparecido en un momento en que su estilo no estaba en su punto más álgido ya, y segundo por no ser de algún país nórdico. Muchas veces se exagera diciendo esto, pero en su caso creo que no tengo ninguna duda en decir que si el disco viniese de los suburbios de Estocolmo, otro galló cantaría.
Pero dejemos la crítica social para otro día y centrémonos en dejar claro que “Goatworshipping Metal” es la grabación que dará por fin el nombre y estatus que se merecen a Ered, no puede ser de otra manera. Nueve pistas donde los barceloneses plasman mejor que nunca su diabólico Black/Death Metal, habiendo depurado y personalizado poco a poco su sonido con sus diferentes grabaciones, sin prisa pero sin pausa, y dando, para el gusto de un servidor, una de las mejores continuaciones que he oído a aquel enorme “The Nocturnal Silence” de Necrophobic, una de las piezas angulares de la vieja escena sueca para un servidor.
No por ello son una copia más de la escena Black/Death sueca, ya que aún teniendo una base firme y muy claramente basada en los mencionados, Dissection o incluso algo de los primeros Dark Funeral, Marduk, Mayhem o Sacramentum, han ido moldeando su sonido, dándole un toque personal, que bebe de influencias Thrash y Death Metal, las de finales de los ochenta y principios de los noventa, para moldear un sonido diabólico que conjuga la pesadez y agresividad de esos dos estilos con le oscuridad y atmósfera de la primera hornada Black Metal sueca, así como un regusto “old-school” muy violento que no deja de recordar a unos Nifelheim, Grotesque, Unanimated … o incluso a Damnation, por ese toque casi rockero a lo Venom y Bathory.
Nueve temas que demuestran maestría absoluta a la hora de combinar fiereza, atmósfera y brutalidad, así como una técnica precisa y afianzada dando base a unos temas que, sin complejidades extremadas, no aburren en lo más mínimo gracias a una buena variedad de ritmos, melodías y solos, así como un trabajo muy destacable tras los parches por parte del nuevo integrante de la banda, Labelua (que no tengo muy claro si ya ha sido substituido según veo en su myspace…). Y no dejo para el final a Abyssal por ser menos destacable su furioso trabajo vocal. De hecho, es sin duda alguna el componente más extremo y violento de esta grabación, sin usar guturales apenas y más bien rindiendo culto a la pura blasfemia vocal primitiva y descontrolada, consiguiendo que por poco te revienten las neuronas a base de tantos alaridos tras haber dejado sonar “Goatworshipping Metal” en su completitud.
El disco sorprendentemente no ha sido grabado en los Moontower Studios, algo que parece irse transformando en una constante si vemos las últimas grabaciones Death y Black Metal del estado, si no en Alamo Studio, por un tal Wero, con el nada desdeñable añadido de haberse encargado de la masterización el señor Tore Stjerna, aka Necromorbus (Watain, Funeral Mist, Nominon, …). Dicho esto, imaginaréis que el resultado es más que satisfactorio, y así es sin duda alguna. Han conseguido capturar ese sonido frío y místico a nivel de guitarras, que no pierde pesadez pero sí gana en melodía, y todo bajo una textura orgánica, sin sonar sucios pero tampoco excesivamente pulidos, más cercanos a una crudeza thrasher que al típico sonido sueco. Quizá el único punto que aún se me hace un poco mejorable es la excesiva presencia de la voz en la mezcla, creo que se hubiese podido fundir algo más con el apartado instrumental, pero esto no le quita puntos al gran trabajo que han hecho.
Redondea su trabajo la portada de Dan Desecrator, detalles interiores de Juanjo Castellano y buena maquetación a cargo de la misma banda. Simplemente diabólico y brutal. [8.5] Jeroni Sancho

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